Durante las visitas de inspección de los ejemplares arbóreos que debían trasplantarse antes de iniciar los trabajos de desbroce de la antigua traza del tren se detectó la presencia de varios ejemplares de tortuga de tierra mediterránea (Testudo hermanni).

Dicha especie está protegida mediante el Real Decreto 439/1990 y está incluida en el Catálogo Balear de Especies Protegidas, por lo que se debía actuar con suma precaución para no ocasionar daños a ninguno de los individuos que pudiesen estar presentes en el entorno de las obras.

Con el fin de evitar lesiones que pudieran ser causadas por las herramientas mecánicas utilizadas durante el desbroce o posteriormente por la maquinaria del movimiento de tierras, todo el personal de obra fue informado de la presencia de esta especie en el entorno.

Se elaboró un protocolo de actuación y se repartió a todos los encargados, topógrafos y subcontratistas. Dicho protocolo contemplaba una serie de actuaciones como recorrer diariamente la zona de trabajo antes de empezar con el desbroce para localizar los posibles ejemplares. En caso de ver alguna tortuga de tierra mediterránea, el protocolo indicaba que se debía avisar al encargado de la obra, para recoger posteriormente el ejemplar de la zona de trabajo y transportarlo hasta las oficinas de la UTE.

Los animales se guardaban dentro de una caja de cartón y se mantenían en un lugar tranquilo y fresco hasta que eran recogidos por los técnicos del COFIB (Consorci de Recuperació de la Fauna de les Illes Balears). Complementariamente se guardaban los justificantes de entrega de los animales y se llevaba un registro de la fecha de recogida y del estado de los individuos en el momento de su retirada.

Durante los seis meses en los que se desarrollaron los trabajos se consiguió salvar una treintena de ejemplares de tortuga de tierra, lo que puede considerarse como un gran éxito, más aún teniendo en cuenta que los estudios previos no indicaban la presencia de esta especie en el tramo de ejecución de la obra.