Durante el proceso de ejecución de las diversas cimentaciones del muro era necesario el abatimiento de aguas de infiltración acumuladas para permitir los trabajos de excavación, ferrallado, encofrado y hormigonado. Como consecuencia del movimiento de tierras asociado a la excavación de cimentaciones, las aguas bombeadas contenían una elevada concentración de sólidos en suspensión, circunstancia que lógicamente impedía su vertido directo a cauce público, debiendo instalar un sistema de tratamiento de las aguas.

El problema principal era que las condiciones del terreno, del tráfico existente y la falta de espacio hacían inviable la ubicación de depuradoras con sistemas de decantación como los empleados habitualmente en otras obras. Además, el sistema debía estar convenientemente dimensionado para tratar caudales medios aproximados de 150 m3/ hora y ser capaz de absorber puntas impredecibles según crecidas del caudal del río.

Todo ello implicaba una elevada dificultad a la hora de gestionar correctamente los caudales de agua procedentes del freático.

Como sistema de decantación alternativo, se optó por utilizar las aguas bombeadas del freático para el riego de un campo de pastos situado en el margen derecho del río Ter, en el lado opuesto al muro proyectado. De este modo, el campo regado con las aguas bombeadas actuó como superficie de reinfiltración.

A medida que fueron evolucionando las obras y, por tanto, incrementándose el volumen de aguas a tratar, se optó por reforzar dicho sistema mediante la construcción de balsas de sedimentación en el mismo campo. Dichas balsas fueron construidas como motas filtrantes de gravas, recubiertas de geotextil dispuestas en serie en forma de media luna.

Periódicamente se llevaron a cabo tareas de mantenimiento de las balsas, retirando los materiales sólidos depositados y sustituyendo las gravas y/o geotextil dispuesto colmatado.

• La solución planteada permitió tratar eficientemente los caudales de aguas procedentes del freático, obteniendo como resultado unos parámetros que las hacían aptas para su vertido a Dominio Público Hidráulico.
• Para comprobar la calidad del vertido durante el plazo de ejecución del muro, se llevó a cabo un control de la calidad de las aguas fluviales del Ter mediante toma de muestras y analítica de aguas con periodicidad mensual. Se analizaron los parámetros de pH, materias en suspensión, sólidos sedimentables, DBO5, oxidabilidad, oxígeno disuelto, aceites y grasas, temperatura, color, conductividad y fósforo total.
• Todos estos análisis, en los que se obtuvieron resultados satisfactorios, corroboraron la idoneidad de la medida adoptada.