El trazado de la nueva plataforma ferroviaria del tramo Arroyo de la Charca-Grimaldo —integrado en el ramal Talayuela- Cáceres de la línea de Alta Velocidad Madrid-Extremadura y con una longitud de 6,4 km - discurre paralelo a la Autovía de la Plata A-66 y a la Carretera Nacional N-630, y cuenta con una sucesión de viaductos, terraplenes y desmontes, dos pasos inferiores y ocho obras de drenaje.

Las inmediaciones del proyecto tienen una importante presencia de lagomorfos (liebres, conejos y otros mamíferos placentarios, como las picas), con gran movilidad y capacidad para excavar el terreno para realizar madrigueras. Como práctica habitual en las infraestructuras lineales, con el fin de evitar que este tipo de animales entre en la plataforma ferroviaria, la parte inferior del cerramiento se entierra hasta los 40 centímetros de profundidad en el terreno.

Sin embargo, este soterramiento es lento y costoso, e incluso resulta en ocasiones insuficiente para evitar el paso de estos pequeños mamíferos. Además, la habitual ubicación de los caminos de servicio a continuación de las obras de drenaje adecuadas para el paso de fauna interfiere con las rutas de desplazamiento de estos lagomorfos, incrementando el riesgo de atropello.

En los lugares en los que el cerramiento pasa cerca de la cuneta, se decidió anclar el faldón al suelo con tornillos, con lo que se evitó tener que cavar una zanja de 40 centímetros de profundidad y volver a cubrirla. Además, en aquellas zonas donde fue posible se modificó la ubicación del vallado perimetral para acercarlo a las cunetas longitudinales. Si bien no se pudo poner en práctica esta solución en todo el tramo, se consiguió abaratar y agilizar significativamente la ejecución del cerramiento.

Por otra parte, para disminuir el riesgo de atropello de los mamíferos, las obras de drenaje se alargaron ligeramente para poder desplazar las vías de servicio sobre estas y reducir las intersecciones a nivel entre las obras transversales y las vías de servicio que discurren paralelas a la traza.

La solución de anclar el faldón del vallado perimetral a la cuneta longitudinal a la plataforma de la vía obtuvo resultados similares a los de las zonas en las que se aplicó el enterramiento del vallado, pero con menor coste y mayor rapidez, sin que ello haya supuesto ninguna renuncia a su funcionalidad. Además, en los casos en los que las obras de drenaje fueron diseñadas a su vez como pasos de fauna, se consiguió reducir el riesgo de atropellos.

FCC Construcción es consciente de las alteraciones que produce su actividad sobre el medio en el que actúa, aunque, en ocasiones, se trate de interferencias muy limitadas que, sin embargo, tienen efectos importantes sobre los ecosistemas y la biodiversidad. Por eso, encontrar soluciones sencillas y eficientes es uno de nuestros objetivos. La actuación en el tramo de la Charca-Grimaldo contribuyó a reducir el impacto de fragmentación del hábitat que las infraestructuras lineales tienen sobre el territorio.