La obra consistía en la rehabilitación integral de la planta de suministro de combustible del aeropuerto de Dublín. Debido a las condiciones climáticas de la zona, durante la ejecución de las zanjas y perforaciones, el bombeo del agua era frecuente para poder realizar los trabajos. Por ello, el equipo precisaba encontrar una solución para el tratamiento del agua sobrante, en ocasiones mezclada con piedra demolida, antes de verterla en la obra. Esto era necesario pues la Autoridad Aeroportuaria no permitía que se realizara el bombeo y deposición directa.

La solución que se ha adoptado consiste en utilizar unos decantadores de agua para el tratamiento previo al vertido, evitando así verter el agua al sistema de drenaje del aeropuerto y a las zonas circundantes a la obra, como requerían las autoridades.

El agua de las zanjas o fosos era bombeada directamente al decantador y se realizaba la limpieza necesaria del agua para, finalmente, poder verterla en el imbornal del sistema de drenaje del aeropuerto. Este sistema de decantación ha contribuido a disminuir el agua residual sin tratamiento previo antes de su devolución al medio.